Paisaje y naturaleza

Las vacaciones son un momento fantástico para retomar esas aficiones para las que no hemos conseguido sacar tiempo durante el resto del año. Y aún más si hablamos de fotografía. Probablemente visitemos lugares nuevos e interesantes donde podremos sacar nuestra cámara a pasear.

Nosotros dividimos nuestras vacaciones en dos: nos apetecía disfrutar de playa y montaña. Os enseñaremos nuestras fotos de playa en una nueva entrega. Para la montaña elegimos los Pirineos catalanes, concretamente los Valles de Aneu, en Lleida, desde donde teníamos a tiro de piedra parajes impresionantes como el Parque Nacional de Aigüestortes, o el bosque de Gerdar.

A David le dí pocas indicaciones, salvo remitirle a la primera entrada de este blog, que será de obligado cumplimiento en todas las sucesivas: A disfrutar.

Bueno, también le pedí que intentara pensar en la composición con las pocas armas que le he ido dando hasta ahora: llenar el encuadre, o la regla de los tercios.

Y le doté de otra arma poderosa: seguir, o crear caminos visuales. Intentar encontrar líneas, caminos, cauces de agua, cualquier cosa que ayude al ojo a no perderse en la imagen, y le dé una ruta a través de la cual leerla de forma ordenada.

Esto que parece tan difícil, en realidad se entiende mucho mejor con algunos ejemplos:

El inicio del camino hacia la montaña.

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Por supuesto, las fotos no van a venir a nuestro sofá solitas. Hay que currárselo y andar a buscarlas 🙂

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Puede ser un camino, pero también un curso de agua: un río que cruza toda la imagen hasta pasar bajo un precioso puente de piedra.

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O ir mostrándonos otros puntos de interés a lo largo de su curso, como una preciosidad de iglesia románica con su pequeño cementerio anexo (Sant Joan d’Isil).

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El protagonista indiscutible de toda la zona es el agua. Encontramos espectaculares cascadas, como La Ratera, o Gerber. Imposible plasmar estas maravillas en simples fotos. No dejéis de visitarlas.

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Y cuando estéis allí, acercaos. Llenad el encuadre.

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Un poco más. Dejad que os moje.

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Al final del camino siempre hay recompensas. Los Pirineos nos regalan imágenes espectaculares.

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Pero también muy íntimas, si sabemos buscarlas:

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No hace falta que os recuerde que todas estas fotos han sido captadas por un pitufo de 10 años, con una cámara básica, configurada en modo automático, aunque ya empieza a atreverse con los modos semiautomáticos que trae la suya, utilizando por ejemplo el modo paisaje. Los modos semiautomáticos no hacen magia, tranquilos. Básicamente juegan con temperatura de color, velocidades de obturación, o profundidad de campo, de modo que la cámara decide los parámetros más adecuados para un retrato, o un paisaje, por ejemplo.

Lo que sí creo que es importante recordar es que no hay edición posterior de las imágenes. Todas han salido así de la cámara. Los peques son capaces de hacer estas fotos, claro que sí. Sólo hay que ponerles la cámara en las manos.

Esperad, si no, a ver los amaneceres en la playa. Próximamente…

Composición: Llenar el encuadre

Hoy vamos a comenzar a jugar con algunos conceptos técnicos. Que no se asuste nadie, que no tiene nada que ver con el triángulo de la exposición, ni el derecheo del histograma. Es mucho más sencillo.

Básicamente, me interesa que el peque piense un poco antes de disparar. Que trabaje la composición. En las próximas salidas le iré hablando de alguna técnica compositiva para que las vaya interiorizando poco a poco.

Y para empezar, creo que el mejor consejo que puedo darle es el clásico «Fill the frame». Llena el encuadre. En todas nuestras fotos hay un sujeto principal. Eso que nos llamó la atención y que queremos capturar en una foto. Pues vamos a darle el protagonismo que se merece. No vamos a dejar que nadie se despiste y lo pase por alto. Eliminaremos de nuestra foto todo aquello que le pueda robar nuestra atención, y para ello, nada mejor que acercarnos. Más. Un poco más. Hasta que nuestro sujeto ocupe todo nuestro encuadre.

Fijaos en los siguientes esquemas. En el primero no tenemos claro cuál es nuestro sujeto. En el segundo no hay duda, ¿no?

Eso es justo lo que me interesaba hoy. Que quede claro quién es el prota.

Pues ale, a elegir un sujeto y a aislarlo del resto, haciendo que llene nuestra foto.

Nosotros nos hemos dado un paseo por la Laguna del Campillo, en Rivas Vaciamadrid, a escasos 15 Km de Madrid. La verdad es que era un reto complicado hacer fotos de detalles en un paraje así, cuando lo que te pide el cuerpo es capturar la laguna, los cortados circundantes, o los patos y cigüeñas que pueblan el humedal. Pero aún así David se lo ha currado, y se ha traído algunas imágenes muy interesantes.

Aquí os dejamos unas pocas. A ver si os gustan.