Perspectiva: arriba

En la última entrada vimos cómo entrenar el ojo haciéndonos mirar fuera del ángulo natural, buscando nuevos puntos de vista. En aquella ocasión nos forzábamos a mirar hacia abajo (Perspectiva: abajo). Hoy miraremos hacia arriba.

Dirigiremos nuestros ojos a las alturas, donde no solemos mirar, en busca de edificios, tejados, cielos, cualquier cosa que nos resulte interesante. La única regla es apuntar con la cámara hacia arriba.

Y esto es lo que se ha traído David a casa en su tarjeta:

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No está mal, ¿no?

Siguen siendo fotos de un pitufo de 10 años, con una cámara compacta, configurada en modo automático. Sin procesado.

Perspectiva: abajo

Cuando vamos paseando nuestros ojos se van de forma natural a los objetos que quedan a su misma altura. Si pensáis que los productos en los estantes del supermercado están colocados al azar estáis muy equivocados. A la altura de nuestros ojos, donde mejor los vemos, estarán los productos que quieren que te lleves a casa.

Pero un fotógrafo no puede conformarse con eso. Tiene que saber mirar hacia otros sitios. Descubrir cosas interesantes en otros ángulos.

Para las dos próximas entradas le he propuesto a David que se olvide de lo fácil y busque en sitios donde normalmente no prestamos atención: a ras de suelo y en las alturas. Vamos a intentar entrenar ese ojo de fotógrafo.

El objetivo hoy era mirar al suelo. La cámara debía apuntar hacia abajo siempre. Buscamos objetos, texturas, colores, cualquier cosa que nos llame la atención, y que si no la buscáramos pasaría probablemente desapercibida.

Y esta es la cosecha de hoy:

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Para la siguiente miraremos hacia arriba. No os la perdáis.

Color

Hoy era un buen día para empezar a jugar con el color. El otoño está en su pleno apogeo y nos ofrece una espectacular paleta de colores donde escoger.

El ejercicio que le he propuesto a David va dirigido a motivarle a prestar atención a su entorno, buscar, olfatear hasta dar con su foto.

Objetivo: tomar instantáneas en las que haya un claro color predominante. Puede haber más colores en el encuadre, claro, pero debe reconocerse claramente cuál es el color protagonista. Y no siempre será por el propio peso en píxeles de ese color. A veces un color es protagonista porque el sujeto lo es. En definitiva, que nuestro cerebro piense en ese color cuando vea la foto.

Dejaremos para una próxima entrega la introducción de un segundo color, jugando con los colores complementarios. Hoy vamos a mirar el mundo a través de un cristal de color. De uno solo.

El escenario: el parque de El Capricho, en Madrid, un sitio tan bello como desconocido por muchos. Visita obligada.

La cosecha, por colores:

El verde no supuso muchas dificultades:

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Pero el otoño nos brinda unos marrones espectaculares:

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Así como tonos rojizos y anaranjados:

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Amarillos:

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Pero también colores más propios de la primavera:

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Incluso grises y negros:

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Seguiremos entrenando el ojo de fotógrafo, y disfrutando de salidas juntos, cámara en mano. Y os lo enseñaremos.